Después de un largo y tedioso curso escolar, ¡llegaron las preciadas vacaciones! Un descanso para la mente y el cuerpo que los niños necesitan imperiosamente.
Aun así, sería una pena que perdieran el hábito lector que han adquirido durante todo el curso, a veces tras largo esfuerzo. ¿No te parece?
Estudios científicos demuestran que dejar de leer por completo durante los 2-3 meses de verano tiene consecuencias realmente negativas en el aprendizaje de los niños.
Ese parón total de lectura en vacaciones puede suponer hasta dos o tres meses de retroceso en las habilidades lectoras del niño y una pérdida importante de léxico, vocabulario y hasta de comprensión lectora. Este hecho se acentúa en niños que están en pleno aprendizaje de la lectura o que aún no tienen suficiente fluidez lectora.